miércoles, 21 de octubre de 2020

Capítulo 16

 





Elizabeth y Samantha están de regreso en su ciudad natal. Dan un paseo por la playa y se encuentran a los cuatro amigos que no las reconocen. Samantha mira con rabia y amor a Scott. Elizabeth se estremece al ver a Kyle. Pareciera que no hubiera pasado en tiempo. Los amigos guapísimos y con esos mini bañadores, menos Kyle, que no dejan nada a la imaginación.

--¡ahora es tu oportunidad... demuestra todo lo que has aprendido¡ --Samantha a Elizabeth:

Aunque nerviosa pero segura de que nadie se resistirá a su belleza, Elizabeth se acerca a Kyle. Miles y Dani se acercan a Samantha como las moscas a la miel. Scott y Kyle se quedan sentados en la arena. Se sorprenden al ver acercarse a ellos a Elizabeth, quien ninguno de los dos reconoce, bien coqueta.

--¡esa chica quiere fiesta y es contigo¡¡yo me voy... te dejo solo¡ --Scott.

Kyle no quiere caer en la tentación 

--¡tú de aquí no te vas¡¡recuerda que tengo novia¡

Scott se levanta y dice: 

--pero una chica así sólo aparece una vez en tu vida. Seguro que es una extranjera a la que no vuelves a ver más, no seas tonto. Ve a por ella.

Kyle no se mueve pero sí está seducido por la belleza de ella, le estremecen las devoradoras miradas de ella. Para Elizabeth es como si estuviera pasando un examen. No se comporta ni como es, ni como quiere sino como cree que Kyle quiere que se comporte. Como Samantha le ha enseñado.

Elizabeth muy coqueta y provocativa. Va muy sexy. Kyle esta muy excitado pero se muestra serio. Nunca vio una mujer tan hermosa. La desea.

--¿te importa que me siente a tu lado?

Kyle traga saliva al tenerla tan cerca. Hace que no con la cabeza. Elizabeth sólo lleva bikini y un pareo que se saca. Mientras coloca la toalla hace movimientos muy provocadores que enloquecen a Kyle. Elizabeth, está nerviosa, pero siente la atracción del hombre y sigue con su interpretación segura que así es como logrará que el hombre se enamore de ella. Aunque no le gusta estar con una mujer sólo por su físico, Kyle está deseando caer en brazos de esa mujer que para él es una desconocida pero para sentirse mejor con él mismo, quiere esperar que ella se le insinúe directamente pero está seguro que lo hará y lo está deseando






Miles y Dani no dejan de coquetear con Samantha.

--tu cara me es familiar ¿nos hemos visto antes? –--le dicen.

Samantha se pone nerviosa al creer que la han reconocido pero en realidad lo han dicho por decir. Ni Miles ni Dani sospechan la verdad.


Elizabeth no hace más que provocar con su cuerpo a Kyle tal y como en las películas que Samantha le ha obligado a ver.

--¿porque no me pones crema en la espalda, guapo?

Kyle tiembla de deseo. Con mucha suavidad unta el cuerpo de la emocionada Elizabeth y le da un suave masaje. Él está poseído por sus instintos de hombre. Se ha vuelto loco por esa mujer. Elizabeth estremece al sentir por primera vez las manos de su amado sobre su cuerpo, cree que está viviendo una historia de amor.

Elizabeth piensa en las palabras  de Samantha:

--cuando notes que lo tienes en tu terreno dile que te lleve a un sitio discreto, a su casa si lo ves receptivo, a los hombres eso les encanta y lo tendrás al fin para ti

Elizabeth está drogada de felicidad, que las manos de su macizo la estén acariciando es todo un sueño para ella.

--este es el día más feliz de mi vida, no me importaría morirme ahora mismo porque me moriría feliz después de haber sentido sus manos en mis cuerpo... ¡cómo lo amo¡ --se dice ella.

 Sólo por eso ya le merece la pena haberse hecho la cirugía pero está dispuesta a todo  para que el guapo macizo se enamore de ella y está segura que lo logrará siguiendo los consejos de su amiga Samantha.

--el sol calienta mucho¿vamos a algún lograr más discreto? –--propone ella.

Él traga saliva, no se puede creer que una chica tan bonita a la que acaba de conocer le está sacando fiesta.

--dile que no, tu no quieres eso. No te dejes llevar por tus instintos,  luego seguro que te sientes mal. Debe ser una mujer vacía, no sabes quien es –--le va gritando la razón a Kyle.

--¿por qué no me lleves a tu casa? –--dice ella muy coqueta.

Él la mira muy seductor y ella se derrite.

--¡ay Dios mío, que la gorda tenga razón, que no me esté equivocando, que así logré enamorar a mi macizo, que no me deje nunca después¡ --piensa nerviosa.

Kyle se levanta y se empieza a vestir. El corazón de ella hierve. Cree que lo ha estropeado todo.

--bueno ¿te vienes? –--le dice él serio.

Ella da un salto de alegría. En sus ojos hay un brillo de inocencia que lo desconcierta.

--hay algo raro en esta chica, a veces parece una cualquiera y otras veces una niña... mejor no meterse en lío, déjala-- –se dice él.


Samantha, que está siendo acosado por Miles y Dani, mira a su amiga como animándola a que se lance. Elizabeth le agarra de la mano a su macizo. Kyle la mira desconcertado. Es un gesto de ternura para una mujer que él cree que sólo quiere pasar un buen rato de él. Ella lo mira con miedo y se suelta. Cree que si se da cuenta de su inexperiencia nada conseguirá con él.  Kyle camina rápido y ella se queda parada asustada. Lo desea, lo ama pero siente miedo que algo no salga bien. Kyle camina y se sorprende al ver que la mujer no lo sigue. Desea estar con ella pero no desea ser él quien tome la iniciativa, no se quiere comportar como un animal. Se quiere comportar como ella le pida.

Elizabeth se arma de valor. Se dice para sí:

--no lo dejes escapar, lánzate, ahora puedes hacer con ese hombre lo que siempre soñaste, de ti depende que mañana te quiera volver a ver,  si te portas como una tonta perderás la oportunidad, a los hombres como ese se les atrapa con sexo. Samantha sabe mucho de hombres, te puedes fiar de ella. La Elizabeth de antes nunca ha conseguido tanto como ésta y si sigo con este teatro lo lograré todo. –--se dice.

Elizabeth se deja girar por su amor y por su deseo, corre hacía el hombre. Lo abraza y lo besa. 

--vamos a tu casa, hagamos el amor –--dice ella intentando no mostrar su miedo.

Él la mira excitado.

--¿Siempre eres tan directa.?

La lasciva mirada de él la pone nerviosa, la cercanía del guapo macizo la embriaga. Teme que si muestra su inocencia él se aleje de ella y pierda la oportunidad de conquistarlo, así que sigue fingiéndose una mujer de mundo dice:

--Si, si un hombre me gusta de verdad... –dice ella coqueta.

--¿y yo te gusto?

--¡me vuelves loca¡

él por un momento duda:

--sólo es un cuerpo y sólo eres un cuerpo bonito pero fría, sin sentimientos, no caigas en su juego. No dejes que te use. Es una mujer sólo para divertirse. No te comportes como una bestia --dice para sí.

Elizabeth desea expresar todo el amor que está sintiendo en ese momento y como no le salen sus palabras lo hace con su cuerpo. Sus inexpertas manos recorren con ansiedad todos los rincones del cuerpo del macizo. Él ya se ha rendido a ella.

--espera –--jadea él--—vamos a mi casa.


Al ver que su amigo ha conseguido una presa, Miles y Dani persisten en conseguir a Samantha. La ex gordita decide que Dani sea su primera victima. Miles se muere de rabia.

--¡yo con esta no me quedo¡¡esa mujer va a ser mía¡


Kyle y Elizabeth llegan a casa de él.

--¿estás nerviosa? Parece que nunca has estado en el piso de un hombre –--dice él.

Esa chica la intriga. A veces niña, a veces devora hombres. Es como si tuviera dos personalidades.

--No, claro que no. He estado con muchos hombres –--dice ella tartamudeando.

--que bella eres... –--dice él acariciándola.

--tú también eres muy guapo.  –--dice ella que ni se atreve a tocarlo.

--¿quieres tomar algo?

--te quiero a ti –--dice ella embriagada de su macizo, embriagada de amor.

Satisfecho, Kyle la lleva a su cuarto. Ella está muerta de miedo y de placer. Elizabeth está viviendo su sueño.  Él es agresivo, se deja llevar por sus instintos pero a ella le parece que es un momento de ternura y amor y ella cree que él la está amando como ella lo está amando a él. Se desnudan y se besan. Kyle, ahora que sabe que ella lo desea, es el que domina y ella se deja llevar por él. Caen a la cama. Jadean. Ella se retuerce de placer cuando es atravesada por la dura arma de su macizo. Ambos gritan como bestias en celo. Elizabeth  nunca pensó que existiera un placer así, que se pudiera ser tan feliz









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