miércoles, 21 de octubre de 2020

Capítulo 7

 




Elizabeth se despierta bien temprano y es que le toca fregar la escalera. Al salir a la calle le llama la atención un viejo coche blanco que está aparcado un poco más allá. Su corazón brinca. Se da cuenta que el guapo conductor no es otro que su macizo. Reconoce sus pelo y su aspecto agresivo. Dani y Miles están dormidos en el asiento de atrás pero Kyle está muy animado mirando un plano.  Scott se acerca al coche y al ver a Elizabeth va hacia ella pero ella cierra la puerta. Va a su casa y mira desde la ventana escondida. Ve pasar el coche. Kyle lleva puesto el cinturón de seguridad y no lleva camisa. Ella se estremece de deseo. Scott la ve y sonríe. Elizabeth se esconde. Suspira pensando en Kyle.

--¡¡quien tuviera un hombre así, con ese pedazo de hombre a una se le pasan las tristezas pero las feas no tenemos derecho a hombres como esos, las feas nos tenemos que resignar a soñar¡


Mientras en el coche, Scott sonríe pícaro.

--seguro que la fea me miraba a mi,  debe estar loca por mi por las flores que le mandé –--dice Scott a Kyle.

--¿de que hablas? --Kyle.

-- ¿tú lo sabías no? La fea  vive en frente de dónde estabas aparcado,  por eso quedasteis ahí... al final participas en la apuesta.

Kyle se ofende. No soportar recordar esa apuesta.

--¡claro que no¡ yo quedé ahí porque se va directo a la carretera no por nada más.

--pero seguro que Miles y Dani sí pensaron en eso--Scott 

-- pero si están dormidos, estos no piensan en nada.

--pues yo les he ganado. La gorda está deseando que le haga el favor y la fea ya la tengo a mis pies.

Scott habla con orgullo. Está convencido que Elizabeth lo miraba a él. Admira a sus amigos y desea ser como ellos. Ganar esa apuesta es vital para él y está seguro que va a ganar






Los cuatro amigos han ido a un parque acuático Mientras se cambian en los vestuarios hablan.

--ya no perdáis el tiempo. La fea va a ser mía. Con esta pinta la tengo muerta --Dani.

-- ¡Los dos nos la hemos tirado a la gorda. La cosa está entre tú y yo¡ --Miles.

--¡oye que yo tengo posibilidades aún¡ --Scott.

--pero sí ni te has tirado a la gorda. Ya asúmelo. No puedes contra nosotros. Yo soy el más guapo. Yo voy a ganar¡¡ ¡la fea está loca por mi como la gorda que cayó bien facilita¡ --Miles.

--¡Yo fui el primero y tú viniste después! --Dani.

Scott no quiere que lo hagan a un lado y dice;

--No es ningún mérito tirarse a la zorra de la gorda. Lo está deseando.  Se nos ofreció a los cuatro el primer día. Los cuatro nos la hubiéramos podido tirar ese día. Yo no pierdo mi tiempo con la gorda que la tenemos segura todos. Yo me trabajo a la fea y esa es mía. La he enamorado.  La gorda está dispuesta siempre 

--¡La fea todavía no ha caído! --Miles.

Kyle en bañador mira a sus amigos molesto.

-- Menos mal que yo no participé. Me parece muy sucio lo que habéis hecho --Kyle

Dani mira a Miles y dice:

-- ¡tú y yo nos hemos acostado con una de ellas.pero la apuesta sigue... quien se acueste con la fea gana¡

--yo aún estoy a tiempo, yo os voy a ganar --Scott.

-- ¡A la fea esa le gusto yo, esa cae cuando yo quiera¡ --Miles

Kyle le parece muy ofensivo los comentarios de sus amigos y sale a las piscinas para olvidarse de las mujeres por un rato






Llega el lunes, el corazón de Elizabeth late por fuerza al ver a Miles entrar a la biblioteca. Lo mira intensamente y es que está segura que su macizo va con él. Se decepciona al ver que no es así. Miles se siente orgulloso de sí mismo por las miradas de la joven.

--y es que yo sabía que aunque fuera fea no podía tener tan mal gusto y se iba a volver loca por mi bonito cuerpo. Esa fea cae hoy como que yo me llamo Miles. A mi nadie me gana, esa apuesta la gano yo --se dice.

Miles sonríe y se sienta en la misma mesa que Elizabeth y a su lado.

--hola belleza, que grata coincidencia –--dice Miles.

Elizabeth lo mira con mala cara y no le dice nada. Él pega su silla a la de ella:

--yo creo que tú y yo estamos muy compenetrados mi feíta linda ¿no te gustaría conocerme? Conmigo irías al cielo -–le dice muy seductor.

Ella no le hace caso y él, seguro que la va a derretir, le acaricia la mano pero ella lo fulmina con la mirada.

--no te pongas así mi feita. Que a mi siempre me ha gustado lo exótico,  te apuesto a que te haría muy feliz.

--yo aquí estoy estudiando y no para que la gente se burle de mi,  déjame en paz.

Miles es muy coqueto:

--¿no me digas que no te gusto mi feíta linda? Claro que sí,  a todas les gusto. Ya sé que estás un poco reprimida por ser tan fea pero ya saben lo que dicen la mujer y la osa cuando más fea más hermosa...

Miles se ríe pero a la mujer no le ha hecho ninguna gracia el chiste.

--no te enfades feíta, ya verás que cuando me conozcas no podrás vivir sin mi.

Elizabeth agarra sus cosas y se levanta. Miles sonríe:

--¡ya está Miles, --dice para sí- ahora te la llevas a la cama. Ya ganaste la apuesta, ya la ganaste¡¡eres el mejor¡¡

Elizabeth se levanta y se dirige a la entrada.

--no vayas tan rápi¿dónde me quieres llevar?¡

Salen los dos juntos. Están en la calle. Él sonríe victorioso. Sabe que ha ganado y está muy orgulloso de sí mismo. Ella le da un sonoro bofetón que lo deja conmocionado. Se acaricia el cachete sorprendido. No se lo esperaba. Con mucha rabia ella le dice:

--¡espero que te quede claro que quiero que me dejes en paz¡

Ella vuelve a entrar. Miles se muere de rabia:

--¡esta me la pagas fea asquerosa y es que me deberías agradecer el favor que te quiero hacer, yo me podría intoxicar con su fealdad y en cambio te quiero hacer el  amor –--se dice para él.










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