Samantha entra en una cafetería a desayunar. Se sienta sola en una mesa. Está esperando a su amiga. Se preparan para su regreso. De repente dos chicos guapísimos se acercan a ella y muy seductores le dice:
--¿que haces tan solita? Es un delito que una mujer tan bella esté sola.
Samantha mira a esos guapos y de cuerpazos increíbles excitada y sorprendida. Se dirigen a ella, la están seduciendo. Se siente en un sueño, es el tercer y cuarto macizo que se le acerca con mirada seductora en apenas unas horas. Samantha está toda revolucionada. Esos hombres se dan cuenta que la mujer los come con los ojos y se miran con complicidad:
--ya la hicimos --se susurran entre ellos.
--¿nos podemos sentar? --le pregunta uno.
--si claro.
Los dos se sientan. Se miran con deseo.
--Yo soy Alex Verga y este es mi hermano Rafa.
Samantha los mira excitada y con ganas de su apellido:
--¿Verga?
Los guapos hermanos besan a la vez a la mujer muy cerca del labio. Sonríen coquetos.
--¿Nos dejas que te invitemos? --Alex.
--mejor os invito yo --Samantha-- a los guapos hay que consentirlos. Sois un tesoro
Las miradas y las sonrisas entre la mujer y los guapos son constantes. Los dos la van acariciando y a la mujer se le ha olvidado las penas.
--¿y qué hace una mujer tan linda como tú solita?
--es que recién llegó a la ciudad, no tengo dónde quedarme.
--pues nuestra casa es tu casa, te puedes quedar el tiempo que quieras.
Samantha sonríe:
--¿de verdad? ¿no os molesta?
--será un placer.
--bueno y tampoco seré una molestia, me imagino que podré compartir cama con cualquiera de los dos --dice coqueta.
Los hermanos la miran con complicidad. No se equivocaron con ella:
--o con los dos ¿no? --Álex.
Samantha mira seducida a esos dos hombres y sonríe. Se levantan ellos y ella los mira muy caliente.
--¿vamos?
Y ella va con ellos. Antes va al baño para hablar con Elizabeth.
--no puedes ser tan loca. Yo vengo ahora.
--claro, nos podemos divertir las dos con ellos.
--tú sabes que no quiero.
--pues no vengas.
Y pese a que Elizabeth protesta, Samantha dice:
--deja que yo me divierta mientras tú preparas nuestro regreso a casa. No tengo porque estar aburrida y cuando volvamos sólo pensaré en vengarme así que deja que me divierta.
Elizabeth no puede decir nada pues la alocada chica le cuelga y se va con los Verga.
La llevan a su piso en donde los dos a la vez y ella en medio fornican como verdaderas bestias en celo. Samantha ha nacido de nuevo, se siente en la gloria al ser poseida (uno delante y otro detrás) por dos macizos a la vez. Era su fantasia sexual y nunca pensó que se fuera a cumplir. Y ya es la segunda vez aunque su encuentro con los anteriores hermanos no fue tan fogoso por parte de los dos. Los Verga son los dos muy apasionados.
Esa noche, Samantha está desnuda en una cama exhausta. Sus ojos brillan de felicidad. A los pies de la cama un guapísimo hombre moreno se abrocha los pantalones.
--ya nos veremos preciosa.
Y mientras ese nuevo bellezón sale del cuarto, Samantha empieza a saltar de la cama:
--¡¡esto es vida, esto es vida¡¡
Tiene ganas de volver y ejecutar su venganza pero mientras cómo se divierte.
El macizo sale del cuarto y en el comedor lo esperan los dos hermanos Verga. Los tres se miran con complicidad.
--¿que me dices, vecino? es una ninfómana o no?? -Álex.
Los tres resoplan divertidos:
--¡¡me ha dejado seco la muy zorra¡¡
--¡¡como a nosotros¡¡
Los tres guapos chocan sus manos.
--es que cuando me lo has dicho no me la creia ¡que polvo me ha echado la muy puta¡¡
los tres se ríen.
--bueno, si se queda... cuando quieras aquí la tienes.
--claro que volveré. Gracias por el favor. Una mujer así no se consigue fácilmente.
El galán saca un dinero que entrega a los dos hermanos:
--me tendréis mucho por aquí.
Es Alex el que ha tomado el dinero, a solas su hermano le reprocha:
--esto no está bien, si ella se entera que le cobramos al vecino...
--Ella no preguntó. él vino, a ella le gustó y se lo metió en la cama para pegarse otro buen revolcón ¡¡si ella es tan guarra que se regala a todos gratis, nosotros cobramos por el favor que le hacemos a ella en presentarle buenos machos de los que les gustan a las zorras como ella¡ ¡¡¿imagina si le presentamos a todos nuestros amigos?¡ ¡¡Ella gozando como una guarra sin saber que nos está haciendo ricos¡¡ y encima tenemos sexo cuando queramos.
--¿y si no se queda?
--espero que le hayamos gustado y mucho.
Los hermanos chocan sus manos divertidos. Samantha sale en ese momento totalmente desnuda. Los chicos la miran con deseo:
--¿que tal, preciosa? ¿Ya estás cansada o quieres más?
Samantha se les acerca y con las dos manos toca esos dos culos:
--yo nunca me canso de los chicos guapos.
Los dos hermanos se guiñan el ojo:
--pues aquí tendrás puro macho, si te quieres quedar con nosotros el tiempo que quieres lo vas a disfrutar.
Y Samantha mira una foto que hay sobre la tele. Son cuatei hombres en bañador y a cual más guapo:
--¿y estos macizos?
--son nuestros primos, de Australia. Vienen seguido a vernos, ya lo conocerás si te quedas y a ver si entre los seis apagamos tu fuego que nunca se te apaga.
Samantha está feliz. Mira esa foto y se muere de placer al pensar que podrá acostarse con esos cuatro machos. Es todo lo que siempre quiso:
--¡¡que bien me lo voy a pasar¡¡
Los dos hermanos la miran muy cachondos y se la llevan al dormitorio.
Dos semanas después, Samantha está en casa de los Verga fornicando con un guapo en la ducha. Los dos gimen como bestias. Aún jadeando por el placer, los dos, desnudos, salen de la bañera. Se miran con deseo mientras se van secando.
--vaya y yo que pensé que esta zona era aburrida, recién me mudo... ya menudo polvo me ha echao esta guarra.--dice él para sí él.
Samantha mira a ese nuevo guapo que ha sido suyo, a pesar de que han sido ya muchos los guapos con los que se ha acostado, la mujer aún se siente en un sueño, está en una nube constante. Mira la perfecta anatomía del guapo mientras piensa:
--esto es el paraiso, nunca pensé que tendría hombres guapos a punta pala.
El guapo sale del baño y ella le pega un buen pellizco en el culo. Él se gira y le guiña el ojo. La mira seductor:
--¿es que no has tenido bastante?
--Nunca tengo bastante de un macizo como tú --dice ella bien aferrada a ese cuerpazo.
--se nota que eres hembra muy hembra pero aqui tienes macho de sobras para complacerte, si te gustan los machos. Aqui tendrás lo que necesitas. Yo tengo amigos que te van a gustar mucho. Si te parece un fin de semana de estos puedes pasarlo en mi casa, ya verás lo mucho que vas a gozar.
Samantha lo mira fascinada:
--lo que tú quieras.
Y aunque lo deseaba, el guapo no esperaba tener esa suerte:
--¿aceptas? --dice entre contento y sorprendido.
--Yo acepto todo lo que tú me quieras dar. El guapo pide y yo nunca digo no a un macizo.
El hombre sonríe con una sonrisa que a ella la fascina y se besan y ella magrea a gusto el cuerpo del hombre deseando acostarse con él de nuevo. Está muy ansiosa.
--espera, espera... ya aún no puedo¡¡me vas a matar¡¡ --dice él divertido.
Samantha no le hace caso y besa y acaricia cada parte del cuerpo de ese macizo.
--nunca conocí una mujer tan amante del sexo como tú--jadea él.
--¿y te parece mal? --dice ella que está agachada frente a él.
--no claro--gime él mientras le acaricia la cabeza-- disfruta... para eso estamos los machos.
y en silencio dice sólo para él.:
--cacho putón está hecha.
Él sonrie y esa sonrisa la enloquece a ella más
1 semana más tarde, Samantha baja las escaleras del edificio de los hermanos Verga. Se encuentran con las vecinas más chismosas.
--buenos días --dice ella.
Las vecinas le giran la cara y cuando Samantha pasa de largo hasta se santiguan y chismean:
--es es... menuda fulana.--dice una bien gorda con desprecio.
--es la novia de uno de ellos.¿no? de los del 3ª b --dice la otra no tan gorda pero más fea que la otra si cabe.
--¿novia? no... amante y de los dos.
--¿de los dos?
Las dos chismosas están bien escandalizadas:
--sí y hasta cuando llegaron los primos también con él...
--¿¿con los cuatro?
--si, con los cuatro.
--¡¡que escándalo¡¡
--vive en la casa con ellos y se la pasan haciendo la porquería con cualquier hombre que entra en la casa todo el día. Desde que esa llegó la casa parece un prostíbulo con tantos hombres saliendo y entrando, la deberíamos echar.
Y lo que no saben las chismosas es que Samantha sale del edificio para no volver. No se ha despedido de nadie. Ha disfrutado mucho pero es algo que queda atrás. Al día siguiente ya estarán en casa. Iniciará la venganza que lleva tanto tiempo preparando.
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